La decisión de invertir en cualquier cosa, desde bienes raíces, acciones, inclusive en oro; es un movimiento audaz y peligroso. Sin embargo, la mayoría de las personas no tiene en cuenta que, dicha decisión está influenciada por las finanzas conductuales y tradicionales.
Las finanzas conductuales (Behavioral finance – BF), se basan en la experiencia, las personas son irracionales, tienen sesgos; al mismo tiempo, nuestras emociones juegan un papel importante en la toma de decisiones financieras.Este concepto ha sido definido por muchos autores a lo largo de la historia, como:
- Nathan Tversky y Daniel Kahneman (nobel de Economía 2002), explican la aversión del riesgo en cuestión de ganancias seguras.
- Richard Thaler (premio nobel 2017), quien definió esta noción en su obra como “Apertura financiera”.
- Lintner (1998) considera las finanzas conductuales como el estudio del comportamiento humano en la elección de decisiones.
Las finanzas tradicionales (Traditional finance – TF), es cuando el inversor y el mercado son racionales, es decir, reciben y procesan toda la información de forma objetiva y sus decisiones se basan en esos datos.
En particular, en la economía, al momento de que los inversores financieros decidan qué comprar o qué vender, especialmente en los inversores novatos sus decisiones estarán basadas en el exceso de confianza, la intuición, el anclaje, la negligencia, por el efecto manada o en la experiencia pasada de otras personas y hasta el miedo.
Diferencias
- Las finanzas conductuales (BF) tienen más que ver con la verificación de un patrón normal de las decisiones financieras propias, en cambio las tradicionales se centran en modelos económicos, en cálculos estadísticos.
- Las “TF” afirman que los mercados son eficientes y representan el verdadero valor de los mercados financieros.
- Sin embargo, las “BF” componen la psicología y la sociología con la teoría financiera para entender cómo los factores sociales y de comportamiento influyen en las decisiones.
Entonces, ¿Cuál es el impacto de los sesgos de comportamiento en la toma de decisiones de inversión?
Según el BCRP (2015), como las personas no actúan de forma racional frente a la incertidumbre, al momento de que los agentes económicos tomen una decisión de inversión, estas presentan errores cognitivos.
Por ejemplo, el colapso de la burbuja financiera de 2008, ese hecho demostró la ausencia de elementos relevantes tanto en modelos económicos y financieros tradicionales apoyados en el comportamiento racional.
En el caso de los sesgos de las emociones, como están en constante cambio, genera un impacto directo en el mercado.
En concreto, cuando las acciones fluctúan mucho en el mercado de valores, algunas acciones se desploman mientras que el valor de otras se dispara.
Conclusión
En definitiva, los inversores deben darse cuenta de que es posible tomar decisiones financieras acertadas, pero no deben caer en la trampa de utilizar las emociones o los impulsos para invertir.
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