En 1942, Joseph Schumpeter, un famoso economista austriaco publicó su libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia”. En dicho libro, realizó un profundo análisis sobre el funcionamiento de los sistemas económicos modernos. En referencia al capitalismo, expuso cómo en este sistema se vive en un constante proceso de innovación. Sin embargo, dicha innovación no es “pacífica”, sino que implica una constante lucha entre ideas pasadas y futuras. A este concepto lo llamó “destrucción creativa”.
¿Por qué destrucción creativa?
Según Schumpeter, las nuevas ideas y tecnologías vuelven obsoletas a las anteriores, conllevando a su desuso. En un mundo tan dinámico como el nuestro, las empresas que innovan desplazan a las más antiguas. A fin de cuentas, este es un proceso violento en el cual las personas, instituciones y mercados están en constante competencia. Por ende, existen ganadores (quienes proponen las nuevas tecnologías) y perdedores (quienes ven sus negocios fracasar). Así, el concepto implica que la creación trae consigo destrucción.
El caso moderno más famoso es el de Blockbuster vs Netflix. La primera fue una empresa que encontró un mercado de alquiler de películas en una época en donde comprarlas resultaba muy caro. Blockbuster logró ganar millones y se posicionó como una empresa líder en su rubro. Sin embargo, la llegada del internet y el streaming dieron vida a Netflix, quien se encargó de proveer los mismos servicios que Blockbuster, de manera más accesible y a mejor precio. Unos años después, Blockbuster quedó en la bancarrota a causa de que su público objetivo migró hacia la nueva empresa.
Este tipo de competencia ocurre constantemente y es una característica fundamental del capitalismo (“quien se duerme, pierde”). Lo vemos en:
- La llegada de nuevas cadenas de mercados retail, que desplazan a los quioscos.
- En los scooters eléctricos que compiten con los taxis.
- El gas natural administrado por tuberías, que reemplaza a los balones de gas; entre otros.
De hecho, la crisis sanitaria ha obligado a que los mercados innoven abruptamente. La masificación del delivery, el comercio on-line y el teletrabajo han llegado para quedarse, desplazando el alquiler de locales y la contratación de personal para atención en tienda. Esto es sólo una muestra más de la destrucción creativa.