¿Qué es la teoría de los juegos?
La teoría de juegos es el estudio del comportamiento de los agentes económicos en situaciones estratégicas, en algunos aspectos es por excelencia la ciencia de la estrategia. Un componente importante de la teoría de juegos en la ciencia política y la economía política es el análisis de los fenómenos políticos sustantivos como la actual elección a la nueva presidencia del congreso, o las elecciones municipales venideras en el mes de octubre.
Entendiendo el equilibrio de Nash
El equilibrio de Nash es un concepto dentro de la teoría de los juegos en el que el resultado óptimo define un conjunto de estrategias (o acciones) tales que cada jugador hace lo que es mejor para él considerando lo que están haciendo sus oponentes.
Ejemplo de equilibrio de Nash
Imagine un juego entre José y Andrés. En este sencillo juego, ambos pueden elegir tres estrategias, para José tenemos las estrategias(A, B y C); y por el lado de Andrés (X, Y y Z).
- Si Andrés fuera a jugar (X), la mejor respuesta para José sería jugar (B)
- En caso José fuera a jugar (A), la mejor estrategia para Andrés sería jugar (X):
- La combinación de estrategias (C,Z) es un equilibrio de Nash.
- Estas estrategias son estables porque ningún jugador tiene ningún incentivo para abandonar su estrategia de Nash.
El equilibrio de Nash de la política es muchas veces subóptimo para la población en general. Sin embargo, para los políticos, tanto del ejecutivo como del legislativo, como también los de gobiernos subnacionales (gobernadores y alcaldes) este equilibrio podría ser ideal para sus intereses clientelistas y prácticas corruptas. En ese sentido los políticos pueden ser del tipo:
✅Bueno: Generalmente preocupados en interés público y capaces de ejecutar políticas
❌Malo: Generalmente preocupados por intereses particulares y poco capaces de ejecutar políticas.
La información asimétrica es clave al analizar la política.
En su mayoría de los casos, el electorado puede no saber diferenciar el verdadero tipo de cada político, esto conlleva a que malos políticos, clientelistas o populistas obtengan simpatías electorales y terminan ocupando cargos públicos donde prima sus intereses particulares pues los beneficios de actuar mal son mayores que los de actuar bien y aquí es donde entra en juego el balance subóptimo de las pérdidas de la población.
En este sistema hay actores, en su mayoría informales o ilegales, como corporaciones, individuos o instituciones, que tratan de promover a los malos políticos porque acatan sus políticas de patrocinio para servirse a sí mismos. Para cambiar esto, se requieren múltiples acciones en los sistemas, reglas de juego e instituciones. No existe una solución mágica. Al final del día, este es un juego iterativo en constante movimiento.
En conclusión, tenemos malos políticos porque falta incrementar costos de ser un mal político e incrementar beneficios de ser un buen político.
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