A pesar de que, en tiempos precedentes, el ecosistema era un factor ignorado para el análisis socioeconómico; en la actualidad ha resurgido para convertirse en un elemento clave para preservar la vida y trascender a una economía sostenible. Por lo cual, se debe considerar al capital natural como relevante para el sistema económico, puesto que contribuye significativamente para la producción económica, bienestar humano, estabilidad climática, biodiversidad, biocomercio, entre otros.
Es evidente que la economía depende del medio ambiente para subsistir, pero en la actualidad se necesitan acciones del sector económico para preservar el ecosistema, conservando a su vez a todos los organismos presentes en la tierra.
Por lo tanto, para solucionar la crisis ecológica se requiere limitar las acciones del sector empresarial, particularmente limitar el rubro industrial, minero, entre otros, debido a que las externalidades negativas subsecuentes tales como gases de efecto invernadero.
Asimismo, los niveles de contaminación presentan el potencial de tener impactos negativos en la calidad de vida del planeta, puesto que no solo perjudica los recursos naturales sino porque atenta contra la seguridad de las personas y aumenta los niveles de desigualdad socioeconómica en las regiones por estos problemas.
En tal sentido, el sector productivo debe tomar pasos significativos en aras de maximizar sus ganancias económicas sin afectar al medio ambiente. Con ello, tras el calentamiento global y el cambio climático, la necesidad de conservar el medio ambiente se ha vuelto clave. Por ende, el sector económico debe disminuir sus emisiones de carbono, utilizar sus recursos de manera eficiente, adoptar prácticas de reciclaje a la par de una cultura ecofriendly.
Así pues, se busca un mayor crecimiento económico conservando la biodiversidad ya que se produce económicamente conservando los recursos naturales.
Aunado a esto, Latinoamérica enfrenta importantes retos para la sostenibilidad ambiental:
- Presiones sobre los recursos hídricos.
- Una condición geográfica que la expone a la incidencia y frecuencia de fenómenos naturales.
- El avance de la frontera agrícola, que genera deforestación.
- La pesca intensiva.
- El uso desmedido de agroquímicos.
- El aumento de las emisiones por mayor consumo de energía basada en fuentes no renovables.
Por ello, es importante que la región en Latinoamérica pase de un esquema de comando y control a uno de incentivos económicos, para fomentar prácticas de uso sostenible de los recursos naturales.
En síntesis, la gama de posibilidades es amplia: el pago por servicios ambientales, los cánones por uso del agua, la eliminación de aranceles de importación a tecnologías limpias, equipos y maquinaria ecoeficiente, el crédito a la micro y pequeña empresa para reconversión productiva, la exoneración del pago de impuestos a las inversiones en conservación de los recursos naturales o los impuestos a las actividades (producción y consumo) contaminantes.