El Perù fue uno de los países más afectados por la COVID-19 y ello se tradujo en los constantes confinamientos y las restricciones del gobierno. Durante esta primera etapa de las primeras olas de la COVID-19 múltiples familias se vieron afectadas por la falta de ingreso en los hogares peruanos. Para agosto del 2020 el Perú se sumergió en una tasa de mortalidad muy alta. BBC nos comparte “el país sudamericano lidera una de las clasificaciones tal vez más penosas: es el que tiene la tasa de mortalidad por covid-19 más alta de los 20 países más afectados por el virus, según la Universidad Johns Hopkins” (2020, p. 1). El gobierno del Perù cerró las fronteras rápidamente al constatarse la llegada del virus a latinoamérica, pero estos esfuerzos no detuvieron el rápido avance del virus. En ese sentido, múltiples familias vieron mermadas sus fuentes de ingreso por restricciones y por falta de trabajo.
Por un lado, la descripción del término de pobreza estará denominado como la pobreza monetaria. INEI (2021) nos comparte que este consiste cuando “ el gasto per cápita no es suficiente para cubrir una canasta básica de alimentos y otros servicios necesarios”. Entonces, la necesidad de cubrir con esta canasta es necesaria, ya que los costos en la pandemia se incrementaron considerablemente. Así, el INEI (2021) nos comparte que “está canasta básica es de 360 soles para el 2020, mientras que los pobres extremos son los que su gasto per cápita mensual es menor al costo de la canasta básica de alimentos, que fue tasado en 191 soles para el 2020” (2021, p. 1). Sin embargo, estos costos incrementaron con la llegada del virus.
Por otro lado, los costos han sido significativamente altos para las familias. Ello redujo considerablemente el porcentaje de ingresos de las familias. UNICEF nos comparte “La caída de ingresos en el hogar podría incrementar el porcentaje de niños entre 6 a 35 meses con anemia, en 10.7 puntos porcentuales entre el 2019 y el 2020” (2021, p.1). Las familias al estar confinadas y sin un trabajo estable vieron colapsadas sus fuentes de ingresos. Asimismo, las zonas más alejadas redujeron considerablemente el porcentaje de sus ingresos. UNICEF nos comparte “ la cifra más dura está en la zona rural con un alza de 15.5, lo que denota la gravedad del tema, considerando los efectos negativos que produce la anemia en el desarrollo integral del niño” (2021, p.1). Entonces, la pobreza se incrementó considerablemente en el Perú tras la llegada de la COVID-19.