La Política Fiscal a través del Ciclo Económico

El Banco Central de Reserva del Perú (2011), define a la Política Fiscal como “el conjunto de medidas en la cual el gobierno o una entidad emplean con el objetivo de influir en la producción, niveles de precios, el empleo y la inversión”.

Cabe señalar, que las economías siguen un patrón oscilante en el que se expanden, logran alcanzar su punto máximo, se contraen y se desploman; este patrón se conoce como el ciclo económico.

En este sentido, el manejo de la política fiscal para hacer frente a las fluctuaciones del ciclo económico tiene que enfrentar la decisión de en qué momento debe acelerarse o desacelerarse la economía.

Es así que cuando la economía del país se expande, se puede incrementar los impuestos y disminuir el gasto; y si la economía se contrae, el gobierno puede bajar los impuestos y aumentar el gasto. 

Asimismo, el BCRP también indica que la política fiscal debe ser “Anticíclica”; ya que en un periodo de recesión debería aplicarse una política fiscal expansiva, y en el ciclo de crecimiento, debería darse políticas contractivas.

Por otro lado, la política fiscal contracíclica, defendida por los Keynesianos, en la fase de recesión del ciclo económico la política contracíclica aumenta la deuda y los servicios futuros. Esto debido a que las expectativas sobre cómo el gobierno financiara los pagos por estos servicios incrementales en el futuro pueden debilitar o eliminar el impacto de las políticas contra cíclicas en los niveles de actividad económica, porque la política contracíclica crea necesariamente una fuerza vinculante para la política fiscal actual y futura.

Entonces, ¿Cuál es el efecto de la política fiscal en la actividad económica?

La política fiscal expansiva eleva el nivel de la actividad económica, o la reduce. De acuerdo con Mendoza y Melgarejo (2008), afirman que surge la duda cuando se suman canales de estilo keynesiano, donde la política fiscal expansiva aumenta los niveles de actividad económica, a los que se originan en los efectos de la política fiscal sobre la deuda pública y predicen que el repago puede tener efectos futuros como impuestos o gasto público. Al mismo tiempo, el canal de la deuda pública a las percepciones del mercado financiero sobre el riesgo país.

Además, el uso de la política fiscal expansiva, crea demanda de productos y servicios, crea puestos de trabajo e incrementa las ganancias, e impulsa el crecimiento económico del país.

En el caso de la política fiscal contractiva, en la cual se emplea en auges económicos, ya que se debe tener en cuenta que una expansión también puede ser peligrosa para la actividad económica, entonces el gobierno trata de frenarlas para que no se vuelvan demasiado intensas.

A raíz de la pandemia de la COVID-19, la política fiscal juega un papel fundamental en la mitigación de los costos económicos y humanos de la pandemia, enfrentando grandes desafíos que enfrenta la política fiscal expansiva como generar el financiamiento para mantener el gasto público en la crisis sanitaria y fortalecer la sostenibilidad de emplear dicha política.

Es así que la política fiscal, debe conducir los déficits fiscales a un nivel que haga sostenible la deuda pública, y a la vez ralentizarlo para que no afecte el crecimiento económico. Las políticas fiscales a menudo toman la forma de financiamiento del gobierno para lograr objetivos de política.

Del mismo modo, la política fiscal no solo puede servir como el principal vehículo para el crecimiento, sino también como un factor fundamental que contribuye al logro de los  objetivos  económicos, sociales y de desarrollo sostenible

Finalmente, la política fiscal debe ser contraria al ciclo económico, es decir, crear ahorros durante periodos de expansión económica y ser expansiva durante tiempos de recesión económica.

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